Cultura y naturaleza

Se acerca el fin de semana y con él una nueva propuesta para disfrutar de un día muy agradable. En este caso se trata de visitar el Monasterio de Piedra, un lugar bastante conocido por los aragoneses y que, sin duda, no suele defraudar a sus visitantes.

Es una excursión muy completa, puesto que incluye al mismo tiempo cultura y naturaleza y por eso la semana pasada nos lanzamos a visitarlo.

Está situado en el término municipal de Nuévalos, a unos 30 km. de Calatayud. Tenéis más información sobre el acceso y las tarifas aquí.

Como su propio nombre indica, este paraje natural alberga un monasterio, el Monasterio de Piedra, nombre tomado del río del mismo nombre que baña la zona. 

El monasterio, perteneció a la orden del Císter. Se fundó en 1164 por orden de Alfonso II con 13 monjes provenientes del Monasterio de Poblet y las obras principales tuvieron lugar entre 1194 y 1218, aunque existía previamente una fortaleza musulmana de la que se tomó tanto la piedra como algunos de los cimientos.

Claustro

La mayor parte de la construcción es de estilo gótico pero con las características propias de la orden cisterciense, entre las que destaca la austeridad en la decoración, vegetal, en su práctica totalidad, y las líneas simples. Además y como es muy habitual en los monasterios e iglesias aragoneses se utilizó el alabastro, una piedra translúcida y fácil de trabajar, para las ventanas, algo que además convenía a estos monjes por su condición de clausura. 

Imagen de la sala capitular con restos de pintura original

Una de las partes más impresionantes del monasterio es la iglesia, también del siglo XIII, que hoy podemos ver prácticamente destruida y que, por cierto, me recuerda mucho a las ruinas de Villers-la-Ville, en Bélgica, de las que ya os hablaré algún día. El mal estado de la iglesia se debe a que este monasterio quedó deshabitado en 1835, a causa de la desamortización de Mendizábal, y posteriormente fue saqueado y profanado, hasta que pasó a manos privadas en 1840.

En el claustro hay algunos añadidos de época barroca, como la capilla dedicada a San Benito de Nursia, fundador de la orden.

Varias imágenes de la cabecera, el transepto y los pies de la iglesia del  siglo XIII

Se pueden visitar también las bodegas, donde se encuentra el Museo del Vino de Denominación de Origen de Calatayud y la cocina, donde hay una exposición dedicada al chocolate, porque según se dice, el entonces abad del Monasterio fue obsequiado por el mismísimo Hernán Cortés con el fruto del cacao y la receta para hacer chocolate y fue ésta la primera cocina de Europa donde se cocinó este dulce que a muchos nos vuelve locos.

Imagen del Museo del Vino

Por último, las antiguas celdas de los monjes se han convertido hoy en día en un hotel.

Tras la visita al monasterio finaliza la parte más cultural, pero no queda todo ahí, porque tenemos acceso al parque natural que podemos recorrer en unas 3 horas, a buen ritmo, y que sorprende por sus cascadas, saltos de agua, grutas y lagos formados por el río piedra a lo largo de los siglos. 

Una de las cascadas

Fue descubierto por Juan Federico Muntadas en el siglo XIX y desde 1945 es espacio protegido de Aragón y fue también declarado Paisaje Pintoresco. El parque cuenta también en su interior con una piscifactoría de truchas y un centro de interpretación sobre la fauna de los ríos de Aragón.

La Cola del Caballo en el descenso a la gruta

Uno de los paisajes más impresionantes es la conocida como Gruta Iris y la cascada de la Cola del Caballo, de 50 metros de altura.

Dentro de la Gruta Iris

La verdad es que muchos de estos paisajes son paradisíacos, lo malo es que  los estropea un poco el "turismo marujil", y los gritos de "Niñooo, estate quieto, ven pa' acá...", que rompen con la tranquilidad del paisaje y el murmullo del agua, por ello lo más recomendable es ir entre semana, aunque a veces ni aun así te libras...

Bueno y además de todo lo anterior hay una exhibición de aves rapaces, con tres pases diarios que resulta muy curiosa y en la que las aves pasan casi rozándote la cabeza.

Imagen de un buitre en pleno aterrizaje

Como veis es una excursión muy completa y si os animáis queda muy cerquita el impresionante embalse de La Tranquera, del que pudimos sacar una instantánea desde la carrera.

El embalse de La Tranquera

Espero que os haya gustado y no dejéis de visitarlo.

Los Beatles. Made in Spain

Después de unos cuantos días desconectada del blog os traigo una propuesta muy interesante, divertida y gratuita. ¿Qué más se puede pedir?.

Por desgracia todavía hay mucha gente en Zaragoza que desconoce la existencia del Centro de Historia (en la Plaza de San Agustín nº 2) y es una pena porque realiza exposiciones muy divertidas como la que os quiero mostrar, Los Beatles. Made in Spain y que podéis visitar hasta el 7 de Agosto.

La muestra está basada en el libro del mismo nombre publicado en 2007 por Javier de Castro y Javier Tarazona, comisario de la exposición, y el objetivo es mostrar la vida de la España de los años 60 con los Beatles como hilo conductor.

El sentido de la visita está indicado con un paso de cebra desde las escaleras y a través de las distintas salas que hacen las delicias de los apasionados de la música y del coleccionismo, en un guiño a la portada de Abbey Road.

Vitrinas repletas de los singles, una gramola de las que funcionaban con un duro, reproductores de casete, estereo 8 y vinilo pero también toda una serie de juguetes y objetos producto de la beatlemanía que inundó España sobre todo a raíz de los conciertos de Madrid y Barcelona en julio de 1965 a los que también se dedica una sala en la que se recogen entradas y documentos de censura. 

Además se emite un documental de 15 minutos sobre Strawberry Fields a manos de Adolfo Iglesias y titulado Campos de fresas en el desierto.

Una de las vitrinas con un reproductor estereo 8

Gramola

En definitiva, una exposición que no te puedes perder si vives en Zaragoza y que seguro que te trae a la mente muchos recuerdos nostálgicos y, sin duda, más de una canción del cuarteto de Liverpool.

Un museo diferente

La propuesta de hoy es para los viajeros que aprovechando estas vacaciones se dejen caer por la capital belga, porque a tan sólo 15 km. y por acceso en tram urbano, (más en concreto la línea 44 desde la estación Montgomery) se encuentra la localidad de Tervuren que alberga el Museo Real de África Central.

Entrada del museo

El museo está dentro del palacio que el rey Leopoldo II mandó construir tras la Exposición Universal de 1897 y que con el tiempo se ha ido convirtiendo en lo que hoy vemos, uno de los institutos de investigación sobre África más importantes del mundo, no se yo si será para compensar todas las maldades y atrocidades coloniales que cometieron en la época colonial, las cuales, por cierto, documenta muy bien la novela El sueño del Celta de Vargas Llosa en su primer capítulo. 

 Sea por lo que sea la verdad es que es un museo muy completo, porque no sólo nos muestra las piezas artísticas más destacadas de la zona central de África, sobre todo de la República Democrática del Congo, sino que estas muestras engloban también instrumentos musicales, flora, fauna, sobre todo insectos disecados que aunque a mi me den un poco de asquito son un elemento curioso y más si la visita se hace con niños, pues la hace más amena. 

Una de las vitrinas con mariposas

El día que fuimos a visitar el museo había cantidad de familias belgas con los niños todos ensimismados con las mariposas y los escarabajos. Además cuenta con otra zona con reproducciones de animales en su hábitat.

En cuanto a las piezas artísticas propiamente dichas destaca la gran variedad de máscaras, cuya importancia es vital en las sociedades africanas ya que están asociadas a momentos importantes de la vida de sus habitantes y conllevan no sólo la talla que vemos expuesta sino todo un vestuario, un ritual, un ceremonial e incluso una música, en fin, toda una cultura popular que no dista tanto en significado de nuestras fiestas en la cultura occidental.

Algunas de las máscaras

Destacan también las figuritas y tallas de los ancestros, de gran importancia en las culturas africanas y lo que conocemos como fetiches y nkisis, a los que se les atribuyen cualidades curativas con ciertas sustancias que el  hechicero deposita en su interior.

Instrumento musical

Pero el museo no acaba ahí, ¡ni mucho menos!, en los alrededores podemos disfrutar de amplios jardines en lo que antiguamente era el coto de caza privado del palacio y que comunican directamente con el fôret de Soignés, un gran pulmón verde que comunica la capital con localidades cercanas.

Una fuente de los jardines alusiva a la actividad colonial de Leopoldo II

En fin, se trata de una estupenda opción para aquellos que os dejéis caer por Bruselas y a los que os apetezca una visita distinta y, en general, no muy conocida por los turistas que normalmente se dejan llevar más por el encanto de otras ciudades belgas como Brujas y Gante.

El museo desde los jardines

Y para hacerlo más atractivo los primeros miércoles de cada mes la entrada es ¡gratis!. 

¡Por fin!

Después de todo el ajetreo y el estrés de los exámenes por fin he podido ir al cine a ver la última de Woody Allen, Midnight in Paris. Tenía muchas ganas de ir pero nunca sacaba tiempo, entre estudiar y hacer los trabajos para la Universidad, siempre había algo más importante que ir al cine pero el miércoles pasado...voilà ahí estaba yo sentadita esperando que empezara y arrepintiéndome por momentos de no haber ido a verla antes porque la verdad sea dicha ¡me encanto!

Poster de la película

Y es que es una de esas películas que te deja con un buen sabor de boca y una sonrisa en la cara durante un buen rato. Yo no me voy a meter a discutir sobre si es una gran película o una "peliculilla" sin más dentro de la obra de Allen pero lo cierto es que si te gusta el arte te gustará la peli, aunque solo sea para pasar un buen rato.

La película empieza con una serie de imágenes de París que todos reconocemos: la Tour Eiffel, Place Vendôme, el Sacre coeur...y que ponen de relieve la belleza de esa ciudad donde van a pasar unos días el protagonista, Gil, un escritor enamorado de París y su prometida, Inez.

La trama parte de la idea de que el inconformismo humano nos lleva siempre a buscar nuestra edad de oro en el pasado con la esperanza de que "cualquier tiempo pasado fue mejor" y con el deseo de escapar de nuestra realidad. Todo esto lleva a nuestro personaje a viajar cada medianoche a los años 20 donde conoce a los artistas de la vanguardia parisina y a los miembros de la "Generación perdida" como Picasso, Hemingway, Scott y Zelda Fitzgerald, Gertrude Stein, Dalí o Buñuel, a quien, nuestro protagonista da ideas sobre una nueva película, que Buñuel no llega muy bien a comprender pero que será en 1962, El ángel exterminador.

Además durante el transcurso del film podemos reconocer obras de Picasso como El retrato de Gertrude Stein, presidiendo el estudio de la misma o alguno de los bocetos para las Señoritas de Avignon.

Retrato de Gertrude Stein, Picasso, 1906

Tampoco quiero desvelaros la película así que sólo añadir otro punto más a favor de la banda sonora cuya información os enlazo aquí.

Sin más, recomendaros firmemente que si como yo, vais algo tardanos en esto por los motivos que sea, vayáis a verla porque no os defraudará, y si ya la habéis visto es un buen momento para comentar qué os ha parecido.

NO Global Tour

En Semana Santa estuvimos de vacaciones en Vitoria y visitando Artium (en la calle Francia) me llamó mucho la atención la propuesta NO Global Tour de Santiago Sierra, por ser algo distinto y con muchas implicaciones sociales.

Fachada de acceso a Artium, con la obra de Santiago Sierra

Santiago Sierra, que nació en Madrid en 1966, se caracteriza por ser un artista bastante polémico cuyas obras se basan en el uso combinado de varias técnicas y se caracterizan sobre todo por una invitación a la reflexión y unos planteamientos sociales muy fuertes como crítica al sistema capitalista. El pasado año 2010 Santiago Sierra rechazó el Premio Nacional de Artes Plásticas de España reafirmando sus propias convicciones.

NO Global Tour surge en julio de 2009 cuando se da comienzo al recorrido de la palabra NO realizada en material chapado de color negro un con unas medidas considerables (3,20 m. de alto y 4 m. de ancho) y un peso de media tonelada.

Esta "sugerente" palabra, partió en un camión de la ciudad de Lucca y tanto ella como sus dos hermanas gemelas (se construyeron en total tres ejemplares) recorrieron el mundo pasando por barrios obreros, industrias de armamento, grandes distritos financieros como Wall Street, edificios emblemáticos como la sede de las Naciones Unidas o el casino de Montecarlo, diversas ciudades europeas y asiáticas e incluso festivales y ferias de arte.

Detalle de la palabra NO situada a la entrada del museo

Las conclusiones de este viaje se expusieron en Artium entre los meses de febrero y mayo de este año. La exposición comenzaba ya en la entrada del museo con ese NO gigante, que incluso llegó a ser objeto de algunas pintadas que el propio autor prefirió conservar como parte del recorrido vital de la pieza. 

Ya en el interior del museo, en la sala dedicada a la exposición de esta propuesta, se encontraba de nuevo la palabra NO, esta vez en mármol, que fue creada para participar en la Bienal Internacional de Carrara y que ha sido adquirida por Artium. 

Pieza en mármol adquirida por Artium y que el artista cubrió de  vaselina
el día de la inauguración

A continuación una gran sala con la palabra NO pintada en el suelo y las paredes, donde se encontraba también una mini sala de cine en la que se proyectaba el film del recorrido de la pieza. 

NO pintado sobre las paredes y el suelo

Finalmente, a la salida de la exposición, un montaje fotográfico con alguna de las secuencias del viaje.

En la página del proyecto encontrareis las imágenes del recorrido pinchando aquí.

  

Parte de la secuencia fotográfica

Personalmente me parece una iniciativa muy positiva, al mismo tiempo, una forma de acercar el arte a la sociedad y de demostrar que el arte está presente en todo y puede tener fines muy variados como por ejemplo el decir NO a una serie de cosas que tanto el artista como muchos otros creen que no están bien. Lo triste es que parece que en estos tiempos ocurren más cosas a las que decir NO que a las que plantar un rotundo SI.

¿Por qué no proponemos cosas a las que decir SI?

Empieza el camino

El museo de Vero es un proyecto en el que me apetecía embarcarme desde hace ya tiempo y el que comienzo hoy, cuando ya puedo decir que soy licenciada en Historia del Arte.

Quiero que sea un espacio donde compartir mis inquietudes sobre el arte, sobre lo que considero y no arte, sobre lo que me gusta, lo que no me gusta y por qué, sobre lo nuevo, las exposiciones y museos que visito, sobre lo no tan nuevo, el cine, la literatura, la música, TODO lo que se relacione con el arte y cruce en mi camino. 

Y, ¿por qué?, pues muy sencillo, porque me encanta el arte, porque lo he estudiado por vocación y porque creo que a todos nos toca un poquito el arte, al menos en alguna de sus múltiples facetas y porque el arte no es sólo para unos pocos sino para que todos lo apreciemos y disfrutemos según nuestros gustos.

En el Museo de Vero se aceptan comentarios, propuestas, recomendaciones y cualquier cosa que a la gente se le ocurra y que tenga que ver con el arte, porque el museo es un lugar donde todos podemos enseñar y aprender.

Empieza el camino